viernes, 29 de julio de 2016

Los primeros tebeos de la Historia I

Bajo la etiqueta de Narrativa Gráfica (NG) estoy llevando a cabo la publicación en este blog de un trabajo mucho más amplio, que escribí hace unos años y que aún no ha sido publicado. Con Narrativa Gráfica me estoy refiriendo a una manifestación artística que ha recibido varios nombres según su ubicación geográfica: historietas, comic, BD o bande dessinée, cuadrinhos, fumetti, monitos, manga…

Considerando que existe un lenguaje consistente en la disposición ordenada de secuencias gráficas que pueden enriquecerse, o no, con convencionalismo como textos, viñetas, etc., y que ésta es una forma de expresión tan natural en el ser humano como por ejemplo la música, voy a dar un paso más y voy a demostrar que en la etapa histórica de la Edad Antigua, existieron creaciones narrativas, que nada tienen que ver con las artes plásticas, aunque partan de formas de ejecución similares. Este enorme periodo histórico lo voy a resumir en dos entradas consecutivas, y me fijaré más en explicar los ejemplos, que en realizar un catálogo exhaustivo.

Voy a ejemplificar una etapa histórica de que va desde la segunda mitad del cuarto milenio antes de Cristo hasta el 476 d.C., y cuya geografía es muy diversa, porque en esa época las distancias proporcionalmente eran mayores por la precariedad de los medios de transporte, lo que hizo que mundos lejanos se convirtieran en lugares exóticos o desconocidos entre sí.

Empezaremos por aclarar someramente cómo se logró el invento de la escritura, que es algo crucial al dar inicio al periodo propiamente histórico, en oposición a la prehistoria, y al ser uno de los elementos que pueden enriquecer las NNGG.

Tablilla de Uruk
La escritura aparece en Mesopotamia aproximadamente en el 3300 a.C. y, en primer lugar, fue pictográfica, lo que quiere decir que ponían un dibujo para cada palabra; eran símbolos de palabras y conceptos, no representaban objetos o animales aunque se parecieran. La escritura jeroglífica egipcia, que se basa en dibujos reconocibles, progresa durante 3000 años, pero no avanza, sino que se complica incrementando el número de pictogramas. La escritura pictográfica evolucionó hacia la escritura ideográfica, en la que sus signos o combinaciones designan ya conceptos; por ejemplo el dibujo de un huevo más el dibujo de un ave, significaría “nacimiento”.
Escritura cuneiforme ugarítica
Hacia el 2700 a.C tenemos ejemplos de escritura logográfica, denominada couneiforme al estar compuesta por cuñas combinadas, correspondiendo cada signo o grupo de signos a una palabra e introduciendo los fonogramas, los cuales al ser leídos sugieren palabras a manera de nuestros jeroglíficos y no a la de los egipcios (por ejemplo un sol y un dado formarían soldado). El sistema silábico aparece alrededor del 2400 a.C., en el que cada signo es una sílaba, escritos todavía en grafía cuneiforme, que es totalmente abstracta, sin referencias icónicas realistas. En el 1400 a.C. aparece el alfabeto ugarítico (de Ugarit, en Siria-Palestina) con 30 signos, en el que cada signo cuneiforme es una vocal o consonante. Y en el 1200 a.C. surge el alfabeto cursivo fenicio, en Byblos, que da comienzo a nuestro sistema universal de escritura.

Dejando como referencia la invención de la escritura pasemos ya a la NG. En Oriente Medio, la cuna de la civilización, donde primeramente surgió el lenguaje escrito, surgirán también los primeros intentos serios de utilizar los dibujos yuxtapuestos con intención de narrar.

Estela de Ur Nanshe
Pondremos como primer ejemplo la Estela de Ur Nanshe, de unos 4500 años de antigüedad, aunque no podamos asegurar que sea ésta la primera figuración narrativa de la Historia. La escena superior muestra al rey Ur Nanshe de Lagash como constructor y en la inferior está el mismo personaje presidiendo una sesión del Consejo real o simposium, en una magnífica síntesis de su labor como rey, lo cual es el mensaje de la narración, explicando que el gobernante estaba totalmente capacitado para su cargo. Las características plásticas no le piden al lector que “se extasíe” con la belleza de la estampa, sino que lea lo que se le cuenta. Entre los recursos narrativos tenemos al poderoso rey destacando por su tamaño entre sus súbditos, simbolizando la preeminencia jerárquica. Tampoco se dibuja personas con intención realista ni estética, sino que se las representa a la manera de las caricaturas o cartoons: son personajes. Hay una nítida separación de escenas a modo de viñetas, que se han de leer de forma sucesiva. Y, por fin, existe escritura integrada que complementa el relato, situada en los huecos que deja el dibujo, e incluso en la vestimenta de los personajes, lo cual nos recuerda los primeros diálogos que aparecerán muchos siglos más tarde en el faldón del Yelow Kid, considerados por muchos como los primeros bocadillos o ballons.

Tumba del escriba Menna en Sheikh Abd El-Qurna
Como se puede constatar, generalmente son escultóricos los restos conservados, no porque no pintasen por entonces, sino porque las pinturas tienen una vida más corta y no sobrevivieron. Egipto será la única cultura de la Edad Antigua que nos dejó gran cantidad de pintura, debido al hecho singular de que se esmeraron especialmente en hacer tumbas majestuosas que han permanecido selladas durante siglos. Estas pinturas, unidas a la gran cantidad de bajorrelieves que nos ha legado esta vasta cultura a lo largo de más de tres mil años, representa un gigantesco tesoro para la humanidad.

Magnífico tebeo de la tumba de Menna
La escritura egipcia era tan complicada que llevó a los escribas a convertirse en personajes ricos e importantes. Uno de ellos, Menna, nos ha dejado una magnífica tumba con uno de los mejores tebeos de la antigüedad. Nos cuenta con una sucesión de dibujos leídos desde abajo hacia arriba y en zig-zag, el proceso agrícola desde que los campesinos siegan el trigo, lo transportan en cestas, lo extienden en el suelo para que lo pisen los bueyes y lo aventan para separar la paja; luego los escribas anotan la cosecha, los funcionarios miden la tierra a efectos fiscales, siendo castigados algunos campesinos que, al igual que hoy en día ocurre en tantas profesiones, pretendían evadir el pago de los impuestos. Termina el proceso con el transporte del producto en embarcaciones. Todo es narrado con imágenes sucesivas, coherentes y que se leen.

Tumba de Seti I
La pintura en Egipto es abundante y debería hacerse una exhaustiva catalogación rescatando las narraciones gráficas. Como muestra pondremos ahora un último ejemplo pictórico, la Tumba de Seti I, en el Valle de los Reyes, que ya no comentaremos por ser más de lo mismo.

Pero no podemos dejar esta cultura sin comentar algún tebeo en forma de libro, lo cual nos acerca a la manera en que acostumbramos a leer las narraciones gráficas. En los sarcófagos generalmente se colocaba un papiro con el denominado Libro de los Muertos, que contiene unos doscientos capítulos. Normalmente el capítulo sobre el juicio ante Osiris aparecía ilustrado, o narrado gráficamente, con escenas sucesivas y el apoyo de textos jeroglíficos. El Papiro Hunefer  tiene secuencias yuxtapuestas, con el texto integrado. En ellas puede verse al dios Anubis llevando de la mano al difunto y, a continuación, al mismo dios pesando el corazón del individuo en la balanza, con el contrapeso de una pluma, mientras el dios Toth toma nota en una tablilla. Luego el difunto es conducido ante Osiris, con quien debe realizar el acto de confesión.

Papiro Hunefer

(Continuará)

viernes, 15 de julio de 2016

Mi propuesta de reforma de la ortografía

El Español me refiero al idioma y yo prefiero llamarlo Castellano por la misma razón por la que se denomina Inglés a la lengua anglosajona tiene una ortografía que es casi fonética, lo cual debía facilitar su aprendizaje y escritura, pero presenta algunas peculiaridades que lo complican y lo enmarañan y la prueba está en la torpeza con que se escribe en las redes sociales. Hoy me molestan mucho esas faltas de ortografía, pero aún recuerdo los dolores de cabeza que me producían las reglas en la etapa escolar.

Ya que la escritura se ha democratizado, ¿debemos jubilar la ortografía, como pedía García Márquez? ¿O arreglar algunos despropósitos, como solicitaba Juan Ramón Jiménez instando a escribir siempre con jota el sonido fricativo velar sordo?

Tan solo veo dos caminos al respecto. Uno es respetar las reglas sancionadas por la RAE castigando a copiar cien veces al que no lo haga bien y otra efectuar una reforma que acabe de una vez con todos los problemas, sea de mayor o menor calado.

Hay quien me dirá que esto tan solo puede realizarlo la Academia hablando de forma abstracta e inclusiva y refiriéndome a todas las academias de la lengua castellana. Pero eso es falso, ya que la Academia no inventa reglas, sino que actúa como notaria, fijando unas normas y voces que recogen de los hablantes –“limpia, fija y da esplendor”. Así que, si entre todos nos ponemos de acuerdo, la RAE tan solo podrá sancionar lo que hagamos.

El debate ya está abierto en varios ámbitos,  y yo voy a aportar humildemente mi solución. Son cinco puntos únicamente. El objetivo sería la simplificación, dejando una ortografía tan sencilla y clara como la lengua hablada, la cual a nadie le presenta problemas, pues nadie habla con faltas de ortografía, salvando dialectos y acentos locales.

1.- En primer lugar, no podemos prescindir de las tildes, ya que cada palabra castellana de más de una sílaba puede pronunciarse de tantas formas como sílabas tenga. Lo que sí podemos evitar es el absurdo de acentuar llanas y agudas según acaben o no en vocal, ene o ese, lo cual es completamente arbitrario. ¿Por qué no en equis o en eme? Mi propuesta es que como la mayoría de las palabras castellanas son LLANAS, éstas no llevarían NUNCA tilde, acaben como acaben, y sí la lleven todas las que no lo sean agudas, esdrújulas y sobreesdrújulas. Otra cosa es la tilde diacrítica que diferencia palabras homónimas o la tilde que deshace diptongos, las cuales deberían continuar como hasta ahora, ya que no existe alternativa.

2.- Desaparece por completo la hache, y punto. Pero no la che.

3.- El sonido de la jota se escribiría siempre con esta letra, según quería Juan Ramón Jiménez, y el sonido alternativo de la “gue” me permito esta licencia para no pronunciar ge, es decir je sería igual ante las cinco vocales, eliminando la u ante e y ante i. Por lo tanto hemos eliminado también la diéresis.

4.- Desaparece por completo la uve y siempre se escribiría este sonido con be. Al igual que la uve doble, que sobra en castellano y puede representarse por la nueva ge léase gue.

5.- En cuanto a la ka, ce, qu y zeta lo veo lo más complicado, ya que la primera es una letra fea y escasa, la segunda tiene una pronunciación generalizada más próxima a la ese en muchos lugares y la tercera y cuarta no son muy comunes. Mi propuesta es suprimir la ka, utilizar la ce siempre para el sonido ka, y no solo ante algunas vocales, hacer desaparecer la qu por innecesaria y utilizar la zeta siempre para este sonido.

Esto sería todo. Habría otros temas a tratar, pero ya no haría más modificaciones. Creo que deberíamos continuar –por ejemplo con la dualidad elle y ye, ya que un sonido procede de una consonante y el otro de una vocal, y son diferentes. Eso sí, hay que incidir en esas diferencias fonéticas, al igual que en diferenciar la ce suave y la ese. Afinemos el oído.

Después de exponer lo que me parece más lógico, me entra el miedo y confieso que yo no lo voy a poner en práctica.

Tal vez la solución sea ir por partes y no de forma global, esperando que cada punto sea aceptado. El primer punto, el de las tildes, me parece el más necesario, sencillo y útil. Una vez admitido podríamos probar con la desaparición de la hache o con lo de la jota, y así.

Otra solución es que los que escribimos o sea, todo el mundo hoy en día nos dividamos en dos grupos, uno los que pensamos respetar las reglas, porque las conocemos, y otro los que no las van a respetar, porque no las conocen o dudan. A estos es a los que les pediría que sean los que comiencen a utilizar estas simplificaciones o atajos, que darían coherencia a sus escritos. Ya que van a escribir mal, que lo hagan con lógica, para que los demás podamos leerlos sin sufrir. Las academias acabarán por sancionar lo que sea mayoritario.