viernes, 29 de diciembre de 2017

Recapitulando 2017


Ya está aquí, ya llegó el final de otro año más y esto supone para mi blog echar la vista atrás para revisar las entradas y hacer balance. Además de facilitar la localización de aquello que los que me siguen pueden haberse perdido.

Comenzamos.

Bajo la etiqueta de Historias, el 26 de julio quise dar un repaso a mis libros y hablé un poco de mi historia personal, contando cómo me di cuenta, bastante tarde ya, de que yo era un escritor. Y el 14 de octubre, a raíz de la denominada Fiesta de la Hispanidad, me salí de lo políticamente correcto, reivindicando que debemos asumir la historia de nuestro país y borrar de una vez la leyenda negra que de forma tan masoquista hemos asumido los españoles de manera injusta.

He hablado de literatura, a mediados de noviembre, en una entrada que, para mi sorpresa, tuvo mucha repercusión: El placer de la lectura.

Este año, mi análisis personal de la narrativa gráfica ha tenido cuatro capítulos: El esplendor de los tebeos en la Edad Media I, El esplendor de los tebeos en la Edad Media II, Tebeos en el Renacimiento y Los tebeos del Barroco. ¿Que los tebeos son cosa actual? ¡Qué va!

Por qué escribo poemas. No lo sé, la verdad, me ruboriza exponerlos a la lectura pública, pero la publicación en un libro de uno titulado así, me dio para una entrada con esta afirmación, que no pregunta.

Cada vez escribo menos de política, no obstante, la indignación me llevó a Mear fuera del tiesto, o mejor dicho, a denunciar a quienes lo hacen. Es cierto que Ávila está mal en muchos aspectos, pero considerar a todos los políticos iguales y sentenciar todas las actividades con el mismo veredicto es sumamente injusto.

Mis Reflexiones me han llevado este año ha hablar de Nacer y morir, parafraseando mi novela Lo demás es cosa vana (buen regalo para estas fiestas;-). También hice una comparación entre yijadismo y machismo y una reflexión sobre la amistad, a raíz de la dolorosa pérdida de un amigo de forma abrupta e injusta: Hasta siempre, Alfredo.

He tenido un año repleto de relatos, aunque todos, esta vez, habían sido publicados con anterioridad de forma impresa: El orgullo de enseñar nuestra ciudad, Terrones y almenas, Ávila se adelanta a Cataluña y declara su independencia y Dos microrrelatos y un romance. Con la enorme satisfacción de que Ávila independiente y El orgullo de enseñar nuestra ciudad están entre las tres entradas más leídas de mi blog, en sus cinco años de andadura, a base de 24 entradas anuales. La otra es mi despedida de Alfredo. Todas de 2017.

En el mes de febrero he reseñado la novela Más allá del Darién, de Humberto Mendoza, que tuve el honor de coopresentar en El Episcopio. En marzo puse unos fragmentos de mi novela Operación Caipiriña (mis disculpas, no se trataba más que de publicidad encubierta, pero no me lucraba, ya que era de descarga gratuita. Próximamente en las mejores librerías, estén atentos ;-). Realicé un resumen del contenido del libro Leyendas según los abulenses (edición agotada en estas fechas, aunque ya está en las librerías la segunda edición;-). Terminé en con un Largo viaje del LSD al ADSL, del genial Ánzoni Martín, a quién también tuve el placer de presentar en el Café del Mercado. Tarde de abril inolvidable.

Los viajes me han llevado a recordar la visita que le hice a la Sagrada Familia de Barcelona en 2014, motivado por la repulsa a los atentados yijadistas de Cambrils y Barcelona del mes de agosto.

Y termino con la Vida literaria. Comencé el año celebrando una iniciativa empresarial de unos amigos que ofrecía la descarga gratuita de libros, pero que en estas fechas ya no existe, lo cual lamento. A través de Valbo publiqué a mi detective Elicio Iborra, el cual regresará en papel (en breve en las mejores librerías ;-). Y, cómo no, tengo el gustazo de finalizar este repaso a 2017 con un resumen fotográfico de la magnífica tercera gala de entrega de premios de la asociación cultural de novelistas La sombra del ciprés, que en este año he tenido el orgullo de presidir, sucediendo a mi amigo César Díez Serrano. Sigo tus pasos, César, algún día haré algo de tanta calidad y éxito como tu Gloucester Post. ¿Será en 2018?

sábado, 16 de diciembre de 2017

Dos microrrelatos y un romance

Largo propósito

No podía creerme que fuera a cumplir su palabra de verdad. Bien es cierto que, cuando le arranqué la promesa por escrito, se veía el objetivo tan lejano que no dudó en firmarla. Entonces éramos ambos adolescentes y hoy ya somos unos vejestorios.

Un gran inconveniente es el ambiente en una ciudad tan fría como Ávila, aún así, este año 2069 no ha podido comenzar mejor, por fin nos fuimos a la cama y practicamos sus dos últimas cifras.

Publicado en “Ávila 2069”, III Certamen de Microrrelatos Ávila Abierta, diciembre 2017

La cornisa

Eché una carrera hacia la cornisa, pero frené a tiempo y no llegué a caer. Mi vida entera pasó ante mis ojos y al final me acordé de ti.

Publicado en “Breve historia de la literatura concreta”, Chiado Editorial, Lisboa, agosto 2017

La venganza del abuelo (Fragmento)

(…)

—Era el ocho de noviembre,
fecha reciente pasada,
colindante a los difuntos,
fiesta muy significada,
cuando ciertos jovenzuelos
de condición perturbada            
se dirigían buscando
una zona distanciada
y con la iglesia toparon,
como si no fuera nada,
de Cristeta y de Sabina,
mas por Vicente nombrada.
Hermanos mártires fueron
y su mortaja enterrada
en una hermosa capilla,
hace tiempo edificada.

»Del templo basilical
una ancianita salía,
de rezar con vehemencia
suponemos que venía.
“Adiós, vieja”, le dijeron,
con sarcasmo e ironía,
los chicos cuando la vieron,
si bien ella no reía.
Bendita la edad tan tierna
en que todo es alegría,
que hasta una vieja beata
provocaba algarabía.
Cierto es que en ocasiones
a esto coadyuvaría
sustancia más bien prohibida,
pero poco serviría
que de ello nos ocupemos,
pues desviarnos sería
de tan tenebrosa historia
que contarles les quería.
Serán los que están conmigo
quienes les pongan al día.

(…)

—Era una noche estrellada,
de aquellas que traen relente.
Sin apenas darnos cuenta
oscureció de repente.

—Alegres íbamos ambos,
un poquito colocados,
y yo le decía al Yoni
que era un perguela colgado
por una piba muy wapa
que le había embelesado.
Yeni se llama la cani,
aire da desenfadado,
reshulona que presume
de pecho siliconado.

»Pero no he de desviarme
por caminos, me iré al grano,
que la historia de esa tarde
la quiere saber surmano.
Todo lo que ocurrió entonces
ya venía del verano.

—Quería llevarla al huerto
y pasarla por la piedra,
que es un adagio que algunos
decimos en nuestra tierra.

»Citándola en San Vicente
un wasap le había enviado,
pues en San Antonio había
botellón organizado
por sus colegas del insti,
donde estudia el graduado.
Yo sé que yo le molaba,
aunque era muy complicado,
ya que su padre me odiaba
y me echaba de su lado.
Él es un tío de perras,
digamos que un potentado,
que regenta un bar de tapas,
el tío está muy forrado.

»Y al estar yo a medio pelo
su padre no me quería,
siendo este mismo motivo
por el que le burlaría
y después de la faena
a Mordor la mandaría.
Envuelta como regalo
al padre devolvería.

(…)

»Hablábamos sin respeto
de la Yeni, ¡qué bobada!,
pues su body nos tenía
a la peña to’ pasmada.
Gritábamos a lo loco,
juventud mal educada,
que para eso no estudiamos
ni en la escuela concertada.

»Fuimos a una peña fría
esperando su llegada
y aún no llegaba la tía
cuando ocurrió la pasada.

»De repente y sin aviso,
experiencia pavorosa,
se nos meneó to’ el cuerpo
y es porque vibró la losa
donde estábamos sentados.
¡Qué cosa más horrorosa!
Pues comenzó a levantarnos
de una manera asombrosa.
Luego un apretón de tripas
de la esencia gaseosa
hizo que nuestro trasero
suelte sidra espiritosa
del miedo que nos produjo,
que no era para otra cosa.

Ni de flaay, mamón, Macaco
—objetó Yoni indignado—
pues a mi cuerpo serrano
el miedo nunca ha atacado.

—¡Que no era miedo, me dices!
Señálame entonces, pues,
qué es aquello que yo olí,
que no era olor a mis pies.

»Al loro, Iker Jiménez,
que ahí no se quedó el espanto,
pues la piedra cual alfombra
por el aire voló tanto
que si acaso nos caemos
nos chafamos con los cantos.

»Los vientos fueron tan fuertes
que nos desequilibraron
y con todo ese alboroto
unos ladridos sonaron
y sirenas de ambulancia
con estrépito silbaron,
encogiéndonos las tripas
tanto nos amedrentaron
que volando por los aires
nuestros aires se escaparon.
                                                                             
(…)

—Terrible fue, Íker Jiménez,
aunque nunca fuera tanto
que a mí esto me acongojara,
que me pusiera en espanto.

—Mientes, Yoni, pagafantas,
no son ciertas tus razones
puesto que unos palominos
nos mancharon los calzones.
La losa bajó despacio
y con tantas vibraciones
que se cascaron los huevos
dentro de los pantalones.

»El caso siempre sea dicho
es que con tanto alboroto,
ambulancias, perros, gritos
y hasta el eco de unas motos,
por la puerta de la iglesia
salió luego Pablo Motos.

»Que con mucho desatino
vecino era de rellano,
por azares del destino,
del troll Yoni y de su hermano.

»“¡Pero qué hacéis insensatos,
en esa losa instalados!
¿Es que acaso no sabéis
que donde os habéis sentado
hay un venerable anciano,
que quiso ahí ser enterrado?
Vecino vuestro además
y padre de un potentado
que con un bar de tapitas
se hizo rico el condenado.

»Y es abuelo de una niña
que según mi parecer
si no vive en la Cacharra
de las Vacas debe ser.
Creo que se llama Yeni
la tenéis que conocer”.

—Solo entonces comprendimos
un poquito acongojados
de quién era aquella tumba
donde estábamos sentados,
del abuelo de la Yeni
que se había enojado
oyendo lo que dijimos
sin habernos percatado.
                              
»De allí salimos tan raudos
que a un ráner adelantamos
y en una loca carrera
una medalla ganamos.

—¿Qué moraleja adquirís
de tal nocturna aventura?
¿Acaso os arrepentís
o fue otra la coyuntura?

—Pues una cosa aprendimos,
aunque fue un poco aterrados:
No arrimarse a los abuelos
aunque hayan sido enterrados.

(…)

—Ya ven ustedes señoras,
señores, viejos y viejas,
escuchen este consejo
y sepan la moraleja:

»Que si siguen el señuelo
de una moza bien garrida
puede salir el abuelo
y amargarles la salida.

Publicado en Leyendas según los abulenses, Asociación La Sombra del Ciprés, Ávila, abril 2017

martes, 28 de noviembre de 2017

Mear fuera del tiesto

Hace muy poco me topé con este vídeo anónimo que ha corrido libremente por Facebook y por WhatsApp, son apenas 30 segundos:


Ávila tiene muchas deficiencias, nadie lo puede negar. Somos una ciudad pequeña y de población envejecida, a la que le faltan servicios sanitarios fundamentales, le sobran planificaciones urbanas irrealizadas, escasea en estudios universitarios públicos, no tiene una buena planificación turística, ni infraestructuras culturales destacadas, como el tan prometido Museo del Prado. Es una ciudad deficitaria industrialmente y tiene una agricultura y ganadería precarias. Pero, sobre todo, en lo que es más deficitaria es en comunicaciones con las capitales que nos rodean, especialmente con Madrid, de la cual podríamos ser ciudad dormitorio, al estar a solo 100 kilómetros de distancia. Lo que tenemos, sin embargo, es una autopista de pago y un tren tercermundista. Nos birlaron el AVE los segovianos, pues estuvieron más espabilados. Aún así, nuestros políticos no consiguen que tengamos un tren rápido por vías convencionales que nos acercara a Madrid en 45 o 50 minutos. Y mira que es posible. En lugar de eso, tenemos un tren que tarda dos horas, nada menos, en esos cien kilómetros. Sumado a horarios inapropiados, a los retrasos cotidianos y las reparaciones periódicas de las vías que no están en buen estado.

Ante este panorama, está muy bien que haya quien luche y reivindique.

Al ver un vídeo en este sentido, lo miré con suma atención, ilusionado. La idea planteada era excelente y tenía su puntito de humor. Un documental tipo NODO, retrataba una Ávila del siglo XXI, como si de mediados del siglo pasado se tratara. Y mientras tanto los políticos haciéndose fotos para la prensa. Y en la última ¡está mi careto! ¡Pobre de mí! ¡Estoy entre los culpables del retraso en infraestructuras viarias!

Esto es contar la historia con un par de brochazos gordos. Con trazos tan bastos que equivocan el tiro. Sí, porque toda generalización es injusta y no todo está mal, ni todo político es ineficiente. Hay cosas mal gestionadas y otras donde la ciudad brilla con luz propia. Y me estoy refiriendo a la cultura: Ávila tiene una muestra de teatro en noviembre que mueve masas, el Festival Internacional de Música Abvlensis, el Festival Nacional de cortometrajes Avilacine, la Orquesta Sinfónica de Ávila, el certamen de circo en la calle, los ballets del Lienzo Norte, exposiciones y ciclos literarios en la Fundación Caja de Ávila, presentaciones de libros y exposiciones en El Episcopio, recitales, conciertos, etc., etc., etc.

He conocido a figuras literarias de primer orden que se han sorprendido gratamente al conocer nuestra actividad cultural, que no tienen ciudades mucho más grandes. Desde luego que algunas cosas se están haciendo bien. Muchas actividades están organizadas por asociaciones y personas que se ven apoyadas por administraciones e instituciones. Tengo el orgullo de participar en una asociación que organiza algunas de esas actividades y que se ha visto respaldada por el Ayuntamiento, por las bibliotecas, fundaciones y medios de comunicación. Somos gente de la calle con inquietudes, no perseguimos nada y nada ganamos con ello, más que la satisfacción personal. Estoy sumamente orgulloso de ser parte de ello y de la acogida que nos ha dado la sociedad abulense.

Por eso me he sentido sumamente indignado por tan “genial” propuesta videográfica, que mezcla nuestras carencias con los éxitos, riéndose del esfuerzo de mucha gente anónima que se hace foto con los políticos que les posibilitan llevar adelante sus actividades. Porque las imágenes de ese vídeo retratan actividades llevadas a cabo por un colegio público y por personas que hemos trabajado con ilusión por aportar algo a la ciudad. Los cuales también reivindicamos una mejora en las comunicaciones.

Así no. Habéis equivocado el tiro. Si tuvierais vergüenza torera, os excusaríais por la metedura de pata. Por habernos insultado con vuestra gracieta. Y si fueseis valientes, os identificaríais como autores del vídeo, contando qué es lo que habéis hecho vosotros para mejorar esta ciudad. Porque la ciudad la hacemos los ciudadanos y los políticos a los que votamos.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

El placer de la lectura

En España no se lee, digan lo que digan. El pasado lunes asistí a una interesantísima conferencia del editor de Impedimenta, Enrique Redel, y dio unas cifras que verdaderamente desmoralizan. Existen en nuestro país unos 20.000 lectores, considerando tales a los habituales, los que al menos leen un libro al mes. Por el contrario señaló un ejército de escritores que rondan los 40.000. También dio cifras astronómicas del número de libros editados, pero no entraré en ello.

En España no se lee, ni se ha leído tradicionalmente. Si antes en parte era por el analfabetismo atávico, ahora en gran parte es por el analfabetismo tecnológico. Todo el mundo “lee” y “escribe” en dispositivos electrónicos: WhatsApp (multiplicando al infinito las faltas de ortografía), Twitter (limitando al mínimo los conceptos), Facebook (felicitando cumpleaños, haciéndose eco de noticias no contrastadas y distribuyendo cadenas de estupideces), Instagram (fotos, poses…). Pero en España no se lee.

Salvando a los profesionales de la enseñanza motivadores los hay y los ha habido siempre, unos cuantos se han empeñado en causar alergia a los alumnos hacia los libros. Un adolescente no puede leer el Quijote o La Regenta. No lo entiende, le aburre y le hace identificar a la buena literatura como un peñazo, una tortura.

La literatura debe ser, en primer lugar, un elemento de disfrute. Permítanme que me auto plagie en unas líneas del discurso que realicé en la III edición de los premios “La sombra del ciprés”:

La literatura debe bajar del altar en el que se ha instalado, por el prestigio y respeto que a lo largo de la Historia ha ido adquiriendo. Debemos devolverla a sus orígenes, porque la literatura debe ser, en primer lugar, un elemento placentero de disfrute, lo cual no quiere decir que deba estar reñida con la calidad.

El ejemplo está en los clásicos. Tanto El Quijote, como otras obras que nadie discute hoy en día —mencionemos también El Lazarillo de Tormes— se escribieron para divertir a los lectores. Sí, Cervantes jamás llegó a imaginar, mientras lo escribía, que pasaría a la historia por El Quijote, en lugar de por otras obras suyas “más serias”, como La Galatea.

El hecho de que en nuestros días, a primera vista, no descubramos esta cercanía con las obras clásicas, no se debe más que al envejecimiento del idioma y costumbres que dificultan su comprensión. Pero en su día, el Ingenioso Hidalgo, era leído con jocosidad. O escuchado por los analfabetos de manos de aquellos generosos que podían leer en voz alta para regocijo de todos.

Hace unos días, mi amigo César Díez Serrano, en una conferencia dentro del ciclo de la Biblioteca Pública de Ávila titulado “El donoso escrutinio”, salvó de la quema a tres autores británicos. Arthur Conan Doyle Sherlock Holmes, J.K, Rowling Harry Potter, J.R.R. Tolkien El señor de los anillos o El Hobbit. Su argumento, que comparto, es que son obras que fabrican lectores, habiendo sido capaces de lograr que los adolescentes abandonaran los dispositivos electrónicos por la lectura en papel. Y que lo disfrutesen y les apasione. Hubo quien, con buen criterio, apostó en esa conferencia por guiar también a los adolescentes hacia lecturas de calidad, ya que, por ejemplo, dijo esa persona en cuestión: "aquellos que se enfrascan en 'basuras' tales como la saga Crepúsculo, no llegarán a hacerse lectores nunca". Yo estoy de acuerdo en que hay que guiar, sí, explicar también, pero no forzar lecturas que generen rechazo. Ni en considerar 'basura' ninguna lectura, pues todas pueden abrir los ojos al apasionante mundo de la literatura. Si la disfrutaron cumplió su función.

Yo abogo porque cada cual elija la lectura con la que disfrute, según una célebre cita de Borges [1], que era la base de la conferencia de César. Ya le llegará a cada cual el momento en que sean capaces de disfrutar otro tipo de lecturas. Me baso en dos premisas.

Una. Que la lectura es un aprendizaje mecánico, similar al de aprender a andar. Ya nadie recuerda sus pasos temblorosos de bebé, que no le llevaban a ningún lugar. Solo la práctica posibilitó, primero, que tuviéramos la autonomía de poder desplazarnos al cine o la habilidad de convertirnos en un corredor de fondo. Ráner los llaman ahora. Solo leyendo, lograremos con el tiempo la habilidad de no deletrear, sino pasar la vista con agilidad por unas palabras que conocemos para entender las ideas que nos transmiten. Sin esfuerzo. Disfrutando.

Dos. La industria del libro es una industria. Perogrullo. Para mantenerse tiene que vender y solo eso les da la posibilidad de tener una estructura fuerte. Series como Crespúsculo ayudan a que esa industria pueda también editar libros de culto minoritarios. Sin esa industria no es posible, porque de vender pocos libros no puede mantenerse.

Libros, industria, papel. ¡Si eso está desfasado! Ahora lo que se lleva es la lectura electrónica. Pues va a ser que no. Según apuntaba también Redel, los libros electrónicos no son más que una moda, pasajera, ya que caducará esa tecnología, dejando obsoleto cualquier aparato, como pasó con el VHS y está pasando con el DVD. El libro electrónico facilita una lectura de consumo, que luego desaparece, ya que las bibliotecas electrónicas no se conservarán. Ni se heredan. Además, la lectura en papel proporciona un mapa mental físico, donde podemos acudir con facilidad para repasar cuándo apareció un personaje en una historia, por ejemplo, entre otras muchas potencialidades que no da el libro electrónico. Como complemento sirve, para no cargar libros en unas vacaciones, pero no como sustituto. La industria editorial es indispensable en la cultura y genera empleo y riqueza. ¿Qué más podemos pedir?

En Francia se lee. En España no se lee, pero no es una limitación natural y podemos cambiarlo. Tan solo hay que explicarle a todo el mundo que existe el libro con el que puede disfrutar. Sea quien sea el lector. Cuando lo tengamos claro, la historia a contar será otra.


[1] Jorge Luis Borges: "Si Shakespeare les interesa, está bien. Si les resulta tedioso, déjenlo. Shakespeare no ha escrito aún para ustedes. Llegará un día que Shakespeare será digno de ustedes y ustedes serán dignos de Shakespeare, pero mientras tanto no hay que apresurar las cosas".

martes, 31 de octubre de 2017

III Gala de premios "La sombra del ciprés"

Ya se está convirtiendo en una tradición, que pocos días después de los premios de la Asociación cultural de novelistas "La sombra del ciprés" me adelante a publicar en mi blog un reportaje gráfico con el único motivo de dejar constancia del desarrollo de este acontecimiento. Y es que ya van tres ediciones.

Quiero agradecer a Pablo Garcinuño el haberme cedido generosamente las fotografías que acompañan este artículo, que son de su autoría, excepto las que así se señalen, que pertenecen a Carlos Medina. En las redes sociales de la asociación publicaremos más fotografías e incluso vídeos en breve.

Este año se ha celebrado el sábado, 28 de noviembre, a las 19:00 h., en el Auditorio Municipal de San Francisco. Han colaborado el Ayuntamiento de Ávila, El Casino Abulense y la Federación Abulense de Hostelería. Además de otros apoyos como Tejidos El Dedal, el Restaurante Alcaravea, el Colegio Santísimo Rosario, el Club Deportivo Zona Norta, la Gestoría Velasco y todos los niños participantes.

El grupo de trabajo que lo ha hecho posible ha estado compuesto por Paula, Carolina, Lara, Guillermo, Pablo, Sergio y yo mismo. Además de la asistencia técnica de Alquimia.

En estas primeras fotos, aparece la Teniente de Alcalde de Cultura, Sonsoles Sánchez-Reyes, el representante de la Federación de Hosteleros, Víctor Gómez, el escritor Roberto Santiago, Javier y sus dos hijas, Raquel y Laura, de la Librería Calvo's, Pablo Serrano, director del Diario de Ávila y el escritor tembleño Carlos Reviejo.

Una voz infantil dio comienzo  a la gala y nuestras maravillosas presentadoras, Paula Velasco y Carolina Ares agradecieron a todos los colaboradores el haber hecho posible este acontecimiento.

A continuación tuve el enorme placer, como presidente, de decir el discurso inaugural en el que comencé con una cita de Alfredo Rodríguez, coofundador de la asociación, junto a César Díez y a mí mismo. Alfredo nos dejó el pasado 8 de julio, lo cual nos ha producido un gran vacío. Comenté luego someramente las muchas actividades que estamos desarrollando en la asociación, destacando estos premios y lo mucho que hemos crecido. Reivindiqué la literatura como un elemento de disfrute y agradecí su complicidad a los premiados, ya que ellos son los que prestigian los galardones.





Es importante remarcar el éxito de convocatoria que llenó el Auditorio, donde no cabía un alfiler. Lamentamos que hubiera quienes tuvieran que presenciarlo de pie, pero egoístamente nos alegramos de ello.



La música nos acompañó de forma espléndida con el grupo Tête à tête, compuesto por Chema y María, que versionaron con la voz y un piano temas infantiles y literarios con una sensibilidad sorprendente, acompañando las diversos segmentos de la gala.

A partir de aquí voy a dejar que las imágenes hablen por sí solas.


Primer Premio: "El Hereje", para la Librería Calvo's, entregado por el representante de la Federación Abulense de Empresarios de Hostelería, Víctor Gómez.




Segundo Premio: "El Tesoro", para el medio de comunicación por su labor de difusión de la cultura y la literatura, para Diario de Ávila. Lo entrega el vocal de la Asociación de Periodistas Abulentes (APA), José Pulido, al director del periódico Pablo Serrano.


[Foto Carlos Medina]


El Tercer Premio: "Madera de Héroe" lo otorga el Casino Abulense y este año han querido darlo de forma póstuma a Alfredo, ocasión que aprovechamos para hacerle un sentido homenaje. Belén Herrero entregó el premio a Alfonso, hermano de Alfredo. El momento fue sumamente emotivo.

[Foto Carlos Medina]


[Foto Carlos Medina]

El mago Álvaro Arenas se encargó de poner a continuación un punto humorístico con la colaboración de unos niños del público, que nos deleitaron con un cuento de princesas y dragones, que ninguno de los presentes olvidaremos, por la espontaneidad de los peques.



Este año tuvimos también una mención especial, que correspondió al Observatorio Activo Ávila 1.131, de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno. Lo recogieron los simpáticos Raquel Mozo y Daniel García-Moreno.

[Foto de Carlos Medina]


El Cuarto Premio: "Mi vida al aire libre" fue para reconocer la trayectoria literaria de un veterano, abulense de El Tiemblo, que tiene fama de dimensión nacional e incluso internacional con su literatura infantil, además de ser un excelente poeta, Carlos Reviejo, que recogió el premio de manos de nuestra compañera asociada, la escritora Carmen Fernández del Barrio.



Y para finalizar, una sorpresa, numerosos niños tomaron el escenario, formando cual si fueran equipos de fútbol, para rememorar la famosa saga de novelas infantiles "Los futbolísimos". La directora teatral Pilar Rodríguez entregó el premio "La sombra del ciprés" al guionista de cine, autor de teatro, novelista y enorme escritor Roberto Santiago, autor de las sagas infantiles "Los futbolísimos" y "Los forasteros del tiempo", además de la novela policíaca recientemente aparecida "Ana", con la que pretende reinventarse.




[Foto de Carlos Medina]

Los niños se encargaron de decir aquello de "colorín colorado... este cuento se ha acabado". Os esperamos en la IV Edición de los Premios "La sombra del ciprés" el próximo año.

sábado, 14 de octubre de 2017

De conquistas y barbaries

Paseando por la ciudad de Ávila no es difícil toparse con un verraco. Son, éstas, esculturas zooformas de gran tamaño, que suelen representar toscamente un toro o un cerdo. Para el que no las ubique, puede hacerse una idea con los famosos Toros de Guisando.

Estas figuras las realizaba una tribu celta, los vetones, que eran en esencia ganaderos y habitaron las tierras colindantes con la cordillera del Sistema Central, básicamente entre las provincias de Ávila y Salamanca. Para qué servían estos monolitos, no está claro. Primero se les atribuyó carácter religioso, propiciatorio de la ganadería, de la que subsistían sus autores. Pero también pudieron servir como hitos que señalaban campos, ya que los castros celtas se encaramaban a colinas y desde éstas se divisaban los terrenos del valle donde pastaban las ganaderías, que serían señalados con los conocidos toros de granito.

El caso es que no se sabe a ciencia cierta. Y no se sabe porque la cultura vetona, al igual que otras culturas celtas, celtíberas e iberas, fueron destruidas, masacradas y desmanteladas por los romanos. Y para ello se empleó gran crueldad y ensañamiento, recordemos dos hitos heroicos como Sagunto o Numancia. En su larga conquista de la Península Ibérica, que superó el siglo, los romanos hicieron despoblar los castros fortificados, arrasándolos y obligando a los supervivientes a poblar en el llano. También la aculturación hizo que no quedaran restos de las costumbres, la lengua, la religión o la sabiduría celta.

Han pasado los siglos y lamento que de la cultura celta peninsular, así como la ibera, apenas queden migajas materiales y, salvo alguna breve recensión histórica romana, nada escrito de un pueblo que ya existió en tiempos en los que estaba inventada la escritura.

A pesar de ello, no le tengo ninguna inquina a los italianos, descendientes de los conquistadores. Ni les insulto avergonzándolos por las masacres realizadas. Al contrario estoy orgulloso del mestizaje que dio forma a los españoles actuales. No solo fuimos iberos, celtas y romanos, también germanos (visigodos), árabes, judíos, etc. Por eso no llego a comprender cómo cada vez que llega la conmemoración del encuentro entre europeos y americanos que supuso lo que se ha denominado erróneamente como “descubrimiento de América” surgen voces que intentan hacer que nos avergoncemos de ello los que somos herederos de la historia de España.

Hoy en día las guerras de conquista son execrables y los sufrimientos que provocan no tienen ninguna justificación. Ni siquiera podemos justificar ahora las conquistas del pasado, pero tampoco podemos juzgarlas con las premisas actuales. Y más en el caso de América, donde los conquistadores invadieron militarmente un continente en unas pocas decenas de años del siglo XVI. En Castilla ocurrió lo que pocas veces ha tenido lugar en la Historia, que los invasores se plantearon éticamente el derecho que tenían de conquista, cuya más palpable expresión está en la Junta de Valladolid de 1550-51, donde se desarrolló la controversia entre Bartolomé de las Casas y Ginés de Sepúlveda sobre el derecho de conquista y en Leyes Nuevas de 1542, que pretendían “el buen tratamiento de los indios”. Sí, apenas cincuenta años después del encuentro con el fantástico continente americano. Algo muy diferente a lo que hicieron los puritanos y calvinistas con las tierras indígenas del norte.

Por otro lado siempre se pasa por alto el grado de barbarie que desarrollaban imperios como el azteca, entre otros, para los cuales el que el Sol continuara diariamente su ciclo suponía el sacrificio diario en todos sus templos —varios por ciudad— no de un animal, sino de un ser humano. Y si era niño, más mérito tenía. Lo del indígena feliz y en paz con la naturaleza no es más que una memez. El imperio azteca estaba en un grado de desarrollo similar en crueldad al imperio romano, que celebraba combates de gladiadores. Los castellanos que llegaron a América, sin lugar a dudas, tenían una elevación espiritual y humanitaria mucho mayor, aunque hoy en día nos parezca atrasada.

Me asquean estos días en las redes sociales muchas denigraciones del encuentro entre europeos y americanos con imágenes de carabelas surcando mares ensangrentados. O llamamientos a la “resistencia indígena”. ¿Resistencia indígena tras quinientos años de la conquista y doscientos de independencia? ¿A quién tienen que resistir? ¿No estaremos hablando de otra cosa? ¿No será rebelión contra las élites capitalistas de sus propios países? Claro que entre los humillados y pobres, gran parte lo forman comunidades indígenas, pero esa es otra historia. La conquista de América por parte del imperio castellano concluyó en el siglo XVI y ya va siendo hora de que los “pueblos oprimidos” tomen conciencia de su responsabilidad histórica y no busquen cabezas de turco para culpar a otros de sus males actuales.

Las personas que conquistaron América son antepasados de los americanos actuales y no de los que ahora vivimos en el Península Ibérica, cuyos antepasados obviamente no fueron allí, si no que se quedaron aquí destripando terrones. Si quieren culpar a alguien por lo pasado, que se miren en un espejo y descubran su grado de mestizaje. Yo sé que no soy vetón, como tampoco soy romano, ni judío, ni musulmán, aunque pueda tener sangre de todos ellos. En mi caso personal tan solo puedo certificar que tengo sangre alemana por mi quinto apellido. Pero me siento orgulloso de los vetones de una tierra, Ávila, en la que no nací, como me siento orgulloso de toda la sangre mestiza que corre por mis venas.

Yo el 12 de octubre sí que tengo mucho que celebrar. El encuentro entre dos continentes, el compartir una misma lengua que posibilita que los americanos de hoy en día puedan leerme; el tener unos intelectuales, como por ejemplo Rubén Darío, del que podemos sentirnos orgullosos tanto los abulenses como los nicaragüenses.

La Historia no la podemos cambiar, pero sí asumirla y extraer lo positivo para enriquecernos.

jueves, 28 de septiembre de 2017

Los tebeos del barroco

Al igual que el gótico era una continuación del románico con esencias nuevas, el barroco continuaba el renacimiento con la ruptura del equilibrio clásico, efectuado con diversos recursos, como la repetición rítmica de elementos, la creación de tensiones compositivas, la escenificación teatral, el enmascaramiento de los elementos constructivos, la distorsión, el dinamismo, el contraste, el retorcimiento...

[Gasse for the Times, 1648. Museo Británico, Londres.]

Y continuaron haciendo tebeos, no faltaba más. Como primer ejemplo traemos una sátira inglesa contra las religiones no ortodoxas de mediados del siglo XVII. Si escondemos la fecha, seguro que muchos apostarían que están ante un cómic actual. Y no me privo de llamarlo cómic, porque procede del ámbito anglosajón.



[Evangelicae Historiae Imagines, 1593.]


El Concilio de Trento, contraviniendo las reformas Luterana y Calvinista, pretendió la utilización de imágenes para instruir al pueblo en artículos de fe. Siguiendo esta recomendación el jesuita mallorquín Jerónimo Nadal publicó en Amberes en 1593 las Evangelicae Historiae Imagines, que consisten en un evangelio narrado con imágenes, acompañadas de un comentario explicativo.

[La peste en Londres, siglo XVIII, grabado anónimo. Magdalane Collage, Cambridge.]


Sin salir del género bibliográfico, veamos otro ejemplo de cómic, que ofrece imágenes narrativas de los efectos de la terrible epidemia de peste sufrida en Londres y que integra imagen y texto, complementándose en una narración que también podría confundirse como realizada en el siglo XX.


La Pintura Barroca también tuvo grandes maestros narradores, destacando el inglés William Hogarth (1697-1764) como uno de los más brillantes. Gran dibujante, cultivó el retrato, pero su especialidad fue la crítica de la vida costumbrista británica y con esa intención realizó su serie El matrimonio a la moda, que consta de seis secuencias y relata la historia de un enlace matrimonial tradicional, donde los cónyuges se han visto obligados a seguir la decisión familiar, sin que por parte de ellos hubiera interés alguno, ya que no se trataba más que de unir una familia aristocrática arruinada con unos ricos burgueses sedientos de títulos nobiliarios y, como es previsible, interfiere un asunto de cuernos, que pone en entredicho la honra, derivando la historia en tragedia con la muerte de ambos.

[Matrimonio a la moda, William Hogarth, 1743, óleo sobre lienzo. National Gallery, Londres.]

Es impagable observar con detalle cada escena, cuya yuxtaposición nos completa una narración repleta de guiños. Primero el rico burgués, padre del novio, el cual está ausente de la escena, está ultimando con sus asesores las estipulaciones matrimoniales, mientras el noble, que no se rebaja a esos asuntos menores, esnifa rapé al lado de su hija, que está siendo camelada por un joven abogado. La segunda viñeta representa la vida disoluta que lleva la joven pareja tras la boda. Acaban de dar una fiesta y se desperezan ignorándose mutuamente, ante el desorden de su mansión y la indignación del contable de la familia. En la tercera secuencia el marido está haciendo tratos para “llevarse al huerto” a una joven. En la siguiente imagen la esposa, por su parte, da su fiesta particular y se deja cortejar por el leguleyo de la primera viñeta. Pero, oh, la tragedia llega en la quinta secuencia. El marido, herido de muerte deja caer su espada, hay otra en el suelo manchada de sangre; la esposa suplica por su vida y alguien huye en paños menores por la ventana. Está claro lo ocurrido, se deduce de lo presente, el esposo pilló in fraganti a su “amada” mujer en brazos del otro y todo acabó en duelo de honor. La última viñeta representa el cadáver de la joven que acaba de suicidarse, ante los ojos de su hijo y los sirvientes. Con el amante huido y condenado a muerte, el marido fallecido y su padre deshonrado, qué otra salida le quedaba a la pobre… El último detalle es asombrosamente ilustrativo, el compungido suegro está quitando el valioso anillo del cadáver de su nuera…

Esta es una de las narraciones gráficas del autor, pero Hogarth no consiguió su propósito por casualidad, abandonando después este lenguaje, sino que sabía lo que quería y realizó otras narraciones similares como La carrera de la prostituta y La carrera del libertino. Sus series de cuadros se expusieron ordenadas para que pudieran leerse y, es más, tuvieron tanto éxito que fueron vendidas más tarde como portafolio de grabados. Es decir se vendieron en reproducciones múltiples, como se venden hoy en día los tebeos, para que pudieran ser leídas por los compradores en sus casas.

Con William Hogarth tenemos el más grande ejemplo de un autor que sabía lo que quería hacer y realizó conscientemente narraciones gráficas antes de que existiera una teoría sobre el género. Y perteneció al siglo XVIII.

[Proceso de producción de la lana, grabado por Hinton, 1749. Civica Raccolta Stampe Bertarelli. Universal Magazine, Milán.]

Concluiremos este capítulo con dos ejemplos de Narrativa Gráfica, que nos afirmen en la intención de demostrar que no existe época, ni estilo, sin realizaciones de este lenguaje. El primero es un grabado de la Universal Magazine, de 1749, donde se explica el proceso del esquileo de las ovejas y el lavado, batido y cardado de la lana. Es una perfecta narración gráfica, aunque no consista en el relato de un cuento o historia, pues también las yuxtaposiciones icónicas nos pueden explicar procesos científicos o de otra índole. No hay que olvidar que estamos ahora en la época de la Razón y de la Ciencia y que la Narrativa Gráfica también puede servir para sus propósitos. El otro ejemplo está clasificado como pictórico y ya lo hemos visto, pero tenemos que traerlo a su época para situarlo. Merece la pena releerlo ahora para disfrutar de la narración de la captura del bandido maragato realizada por Goya.

jueves, 14 de septiembre de 2017

Ávila se adelanta a Cataluña y proclama su independencia

Nos encontramos a comienzos del siglo XXI. Toda España está ocupada por los españoles… ¿Toda? ¡No! Una ciudad poblada de irreductibles vetones resiste todavía y siempre al invasor. Y la vida no es fácil para las provincias limítrofes de Segovia, Salamanca, Valladolid, Madrid…


Declaración de independencia de la nación abulense:

“Nosotros, los representantes de las ciudades, villas y pueblos de la provincia de Ávila, —a saber: las ciudades de Arévalo, Arenas de San Pedro y Ávila, las villas de Piedrahía, La Adrada, Mombeltrán, etc., así como los pueblos de La Colilla, Rivilla de Barajas, Poyales del Hoyo y demás—, reunidos en Congreso general, acudimos al juez supremo del mundo para hacerle testigo de la rectitud de nuestras intenciones. En el nombre y con el poder pleno del buen pueblo de estas localidades damos a conocer solemnemente y declaramos que estas localidades unidas son y por derecho han de ser Estados libres e independientes; que están exentas de todo deber de súbditos para con la Corona española y que queda completamente rota toda conexión política entre ellas y el Reino de España, y que, como Estados libres e independientes, poseen pleno poder para hacer la guerra, concertar la paz, anudar relaciones comerciales y todos los demás actos y cosas que los Estados independientes pueden hacer por derecho. Y para robustecimiento de esta declaración, confiados a la protección de la Providencia divina, empeñamos unos a otros nuestra vida, nuestra fortuna y nuestro sagrado honor”.

A la espera de la elaboración de una Constitución, que establezca las estructuras del estado, lo cual requiere la reunión de las personas ilustres que habitan esta noble y antigua tierra, elevamos los siguientes propósitos, que son irrenunciables:

1. Para que no pueda haber marcha atrás en nuestra solemne decisión, levantaremos un muro de cinco metros de altura, que recorrerá los límites provinciales… Es decir, nacionales desde ahora. Provisionalmente puede servirnos una valla como la de Melilla, con sus concertinas y todo, y, si no hubiera suficiente dinero, de momento pintaríamos una línea blanca similar a la que rodea los campos de fútbol.

2. Abandonamos voluntariamente el euro, que no ha traído más que pobreza a las gentes del país al que antiguamente pertenecíamos y la nueva moneda será el “Tereso”, de tal forma que un tereso equivale de salida a un euro, y cien teresos a cien euros. Las monedas se fabricarán en piedra rubia de La Colilla y los billetes en tela vaquera de Santa María del Berrocal. Llevando tanto unas como otras, en la cara A, la fisonomía del Ilustrísimo Presidente de la Diputación, que pasará a ocupar el cargo de Ilustrísimo Presidente de la República Vetona de Ávila. Y en la cara B, el nuevo escudo nacional, integrado por un Águila de Gredos, en un campo de granitos —se entenderá por granitos la roca compuesta de cuarzo, mica y feldespato, y no lo que tienen los adolescentes en la cara.

3. El gobierno provisional será de concentración nacional, integrado por representantes de todos los partidos políticos, hasta que se efectúen unas elecciones constituyentes. Su sede se fijará en El Episcopio, dejando la sala abovedada del piso inferior como bar de pinchos para sus señorías.

4. Nuestro himno nacional será el siguiente:

Ávila, Ávila, Ávila.
Ávila de mis amores.
Te llevo en el corazón,
henchido de muchas flores.
Naciste en la lejanía
de los siglos precedentes,
y llegas a nuestros días
sonriendo a porfía.
Dientes, dientes, dientes.
Un águila hay en tu escudo,
surcó las crestas gredenses
y arribó como pudo
a los cielos abulenses.
Tus mujeres son hermosas
y tus hombres son valientes,
los gays visten de rosa
y pasean por San Vicente.
¡Viva, viva, viva!
¡Viva mi patria vetona!
Gritar tu nombre sin ira
me colma y me envalentona.
Vivan tus pinchos y tapas,
viva tu santa patrona
vivan tus altas murallas,
el Moneo y La Casona.

(Publicado originariamente en “El mundo según los abulenses”, Éride Ediciones, Madrid, 2015)