En España todo aquel que quiera ser escritor lo tiene crudo. A los
poetas solo los leen los poetas y a los novelistas sus familiares y amigos. Sí,
ya sé, es muy burdo lo que acabo de escribir y no del todo cierto pero por ahí
van los tiros.
En otros países, aquellos escritores que son buenos y que perseveran
acaban siendo reconocidos. Aquí las editoriales grandes, las que promocionan a
sus autores, las que hacen ediciones decentes y ponen los libros en los centros
comerciales y en los escaparates de librerías, sí que recogen los manuscritos
que les envían con el objeto de valorar su publicación. Pero ninguno llega a
publicarse. Ninguno. ¿Nadie merece ser publicado? En el caso de existir algún
escritor que sin ser conocido llega a estas editoriales y luego llega a ser
superventas es porque ha empleado algún atajo. A través del nepotismo, claro.
Sé de varios de los últimos casos, pero no puedo demostrarlo.
Cuando un novel se ve frustrado al recibir la misma contestación de
todas las editoriales grandes –“le
agradecemos que haya contado con nosotros para la valoración de su obra, pero
en estos momentos nuestros proyectos de edición se hayan completos”– prueba
con las pequeñas. Las llamaré así, editoriales pequeñas, pero en realidad son
editoriales que publican a escritores noveles. Su negocio se basa en aprovechar
la ilusión que todo escritor tiene de publicar y sacan beneficio con una
pequeñísima edición, que se paga el autor. Son muchas las fórmulas existentes,
pero al final, de una manera u otra la editorial recupera su inversión con las
ventas que el propio autor hace a familiares y amigos. Y eso si no le han
cobrado también la maquetación, la corrección del texto, el diseño de la
portada...
Y luego, lo “bonito”. Organízate por tu cuenta presentaciones, aunque
no tengas dotes para hablar en público. Toca todas las puertas de librerías,
instituciones y medios de comunicación.
Págate viajes, booktrailers –sorry Juan–, publicidad en las redes
sociales… Eso, créate páginas en todas. Emplea horas y horas en estas
cuestiones y deja de escribir… Para que no te compre quien no tenga compromiso
contigo.
Exploremos otra vía, los concursos. Cuando en estos no hay tongo, y en
muchos lo hay –pienso en los más grandes–, entonces la competición es más como
una oposición que como un examen de capacidades. Tienes que competir con centenas
o miles escritores que a lo mejor no son mejores, pero sí tienen tanta calidad
como tú. Aquí la suerte es la que rige, pero para que te toque la lotería entre
tantas posibilidades, para asegurar la suerte, necesitas una vida de unos miles
de años.
Bueno, tira del nepotismo, ¿a quién conozco yo en Planeta…?
Lo pinto tan crudo, porque acabo de encontrar un camino, una salida que
cubre estas necesidades. Por casualidad me he encontrado con un proyecto
llamado Valbo, que me brinda la publicación sin ningún desembolso por mi
parte, para ofrecer mi obra en descarga gratuita. ¿Qué gano? Lectores. ¿Qué
pierdo? Nada.
La descarga gratuita de una novela es algo que para muchos lectores
tiene atractivo, sobre todo cuando el escritor no es conocido. La descargan, la
leen y si no les gusta la dejan sin haber perdido nada. Si les gusta la
recomiendan y siguen a ese autor y ahí está el beneficio que un escritor que no
es conocido puede obtener. Tener lectores. Si logra lectores, es posible que
alguna de las grandes se interese por él. Al menos tiene lectores, que pueden
comprar sus futuras obras. Tiene lectores, ese es el objetivo de todo aquel que
escribe.
Además conservas todos tus derechos, para negociar tu novela con
cualquier editorial que se interese por ti.
Otro beneficio que te ofrecen es la impresión en papel, así aquellos
que quieran hacer una presentación, colocar su libro en alguna librería o
simplemente darse el gusto de ver su novela impresa, además de ofrecerla en
descarga gratuita, pueden realizar esa inversión que otras editoriales les brindan
desde el principio sin más opción.
Les confieso que la única duda que me surgió es preguntarme quién o qué
está detrás de esto. ¿Son de fiar? Esto me retuvo, pero lo he averiguado,
detrás no hay nada más, ni nada menos, que unos emprendedores, con una idea
original, que están probando mercado. Y yo voy a probar con ellos. Así que
anuncio una primicia: “Operación Caipiriña”, una novela que tenía en un cajón,
verá la luz y será gratis.
No me guardo el secreto, lo comparto y os dejo el enlace: