viernes, 30 de noviembre de 2018

El Monasterio de Guisando

En el término municipal de El Tiemblo se encuentra un paraje embutido en plena y boyante naturaleza, el Monasterio Jerónimo de Guisando. 

Se sitúa cercano junto a los famosos Toros de Guisando, donde se firmó el Tratado o Concordia entre el rey de Castilla Enrique IV y su hermanastra Isabel. Por tal jura, esta era proclamada princesa de Asturias y reconocida como heredera de la Corona de Castilla.

Al fondo, al otro lado de la carretera, los famosos Toros de Guisando

El Monasterio de Guisando es uno de los primeros monasterios fundados en la Península Ibérica por la orden de los Jerónimos, en 1375.


Todo comenzó cuando cuatro monjes eremitas, llegados de Italia, dieron con una cueva llamada de San Patricio y habitaron las covachas cercanas, respetando la más grande como ermita.

Cueva de San Patricio
Interior de la cueva
Una de las covachas
Subida a la ermita de San Miguel, del siglo XVI


Al cabo de un tiempo, decidieron construir un monasterio en aquel lugar y erigieron una pequeña construcción rural que, posteriormente, con el transcurso del tiempo y de los avatares históricos, fue sufriendo varios incendios, reformas, ampliaciones, modificaciones y restauraciones.


El monasterio, junto con sus jardines, cuevas y ermita, fue declarado “Paraje Pintoresco” el cinco de febrero de 1954. También es Bien de Interés Cultural, junto con los Toros de Guisando. Desde la desamortización de mediados del siglo XIX es propiedad privada y, con los restos arquitectónicos, se construyeron unos jardines románticos, que casi íntegros podemos observar en la actualidad.









Impresiona la hermosa iglesia comida literalmente por la vegetación. Parece arquitectura mágica o de película de fantasía.




Un paseo muy recomendable, cercano tanto a Ávila, como a Madrid o Toledo. Para poder visitarlo se debe realizar reserva: https://www.monasteriodeguisando.es/

Saludando a unos amigos

martes, 13 de noviembre de 2018

Cerro Gallinero


El concepto de Arte y Naturaleza es la nomenclatura castellana de lo que en otros lugares denominan Land Art, que propone una intervención en los espacios naturales para producir diverso tipo de sensaciones en el observador. Estas sensaciones hay que recibirlas en directo, pero, al igual que la música enlatada puede incitar a visitar una sala de conciertos, que es donde de verdad se disfruta, espero que esta visita visual estimule a algunos a una excursión campestre.


Cerro Gallinero está en el término abulense de Hoyocasero. Es recomendable realizar el paseo en distintas épocas del año, ya que una de las características más auténticas de la naturaleza es su variabilidad estacional. Estas fotos son de principios de octubre de este año, cuando aún no había llegado el frío extremo de estos días. El recorrido es más amplio, no está todo, pero hay que andarlo para descubrir una a una las sorpresas.