lunes, 2 de julio de 2018

¡Qué calor!


¡Uf, qué calor! ¿Quién iba a decir que después del largo invierno y la espantosa primavera iba a venir este calor de repente?

Y además sin aire acondicionado y sin un triste abanico que me refresque, que ya tengo arrugadas todas las revistas y papeles de propaganda que tenía por casa, de sudarlas con las manos.

Me tomaré un helado. Pero, ¿qué diantre? Lo saco de la nevera y se me derrite al momento. Está tan licuado que cuando lo llevo a la boca me parece un café con leche. ¡Diablos, cómo he puesto el suelo de chorretones!

Y mira el bolígrafo, se está deshaciendo el plástico y se pega a la mesa. Esto es ya inaguantable.

¡Estoy desnuda por la casa y no hay una sola brisa que me refresque! El aire está más calentorro que el vapor de una infusión recién hecha.

Increíble, se está deshaciendo también la botella de plástico que contenía el único agua que me quedaba envasada. ¡Si parece que hierve! Podría cocer garbanzos con este agua sin ponerla al fuego.

¡La ducha!, ni esa puedo usar, debe ser también de plástico y se está deshaciendo. No pienso ponerme bajo el chorro que salga por ese trasto. Me abrasaría.

¡Qué hago! ¡Socorro! Esto es un infierno. ¿Estoy despierta o soñando? ¿Una pesadilla? ¿El sueño de una noche de verano…?

En todo caso no soporto tanto calor, me da la sensación de que yo también me estoy disolviendo.

¡Es imposible! No puedo creer lo que veo, el calendario de la cocina se derrite… Pero si es de papel, lo lógico es que se incendiara y se está licuando. ¡Ahí va el mes de julio, hecho garabatos sobre el suelo de la cocina! Y agosto también…

Septiembre se funde más despacio. En un momento se me ha desleído todo el verano. Me quedé sin verano, pero parece que el mes de octubre aguanta, se mantiene entero. A ver si con suerte…

¡Qué bien, octubre viene fresquito! ¡Qué gusto!

2 comentarios:

  1. Muy bien, Cristóbal. Recurrente, actual y con buena dosis de humor. Y gracias, sí, gracias porque con tanto calor has quemado los meses del calendario más sofocantes. Tenía reservado agosto para irme de vacaciones y ya no existe. No importa, ya vendrá el otoño. Un abrazo.������

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    1. Bueno, tal vez tan solo sea un sueño de la protagonista, que no puede pegar ojo por el calor. Eso espero, porque yo también me voy de vacaciones en agosto y lo espero con ganas. Un abrazo.

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