En entradas precedentes sobre la narrativa gráfica, hemos visto
cómo en la prensa norteamericana, a finales del siglo XIX, surgió una forma de
narrar con imágenes, que ya existía de antes, aunque fue a partir de que ellos
pensaron que habían descubierto algo nuevo, cuando este lenguaje tomó carta de
naturaleza.
Daily strips de Betty Boop, 1934
El éxito de
las tiras cómicas diarias (daily strips) y planchas dominicales de
narraciones con dibujos (sundays comics), llevó a explorar otros caminos
comerciales desde los primeros momentos, generando las primeras muestras de merchandising.
Comenzaron apareciendo los personajes en cajas de galletas o artículos de
almacenes como ropas, que provocaron la reimpresión de las series más populares
en álbumes, lo cual daría nacimiento a los comic-books en los años
treinta del siglo XX. Estos cuadernillos tenían un peculiar tamaño que se
asentó, perdurando hasta nuestros días. Surgió por el intento de rentabilizar las máquinas
existentes para la prensa diaria, debido a la posibilidad de doblar una página
de periódico tamaño tabloide dos veces, consiguiendo cuatro hojas, ocho
páginas, de unos 17 por 25 cm. Juntando cuatro pliegos se conseguían 32
páginas, a las que se le colocaron unas tapas de colores brillantes. La calidad
de papel era escasa, por ser el mismo que el de la prensa, pero tampoco se
tenían pretensiones ambiciosas.
Sunday de Betty Boop, 1934
Se generó con ello el tamaño clásico del comic-book,
que nacería entre 1933 y 1935 y que pervivirá hasta nuestros días,
prácticamente sin modificaciones. En principio tan solo se limitaron a
recopilar las series más populares, pues su intención no era invertir, sino
rentabilizar. Luego empezaron a regalarlos empresas, como zapaterías o
almacenes, conteniendo historias originales que ya no fueron reimpresiones de dailies
o sundays. Después vino su venta y producción en colecciones, dirigidos
a lectores más jóvenes que los de prensa.
En 1938 ya se habían popularizado en
todo el país. Fue el éxito de Supermán, que inauguró una colección
de comic-book, Action Comics, en 1938, quién dio un nuevo giro al
negocio con la generalización de series y el nacimiento de superhéroes con
poderes físicos extraordinarios y que posteriormente se incrementaría en una
inacabable nómina (Plastic Man, Captain Marvel, Captain
America, The Flash, Submariner, de Human Torch, Wonder
Woman, The Atom... y sus agrupaciones “sindicales”: The Justice
League of America, Fantastic Four...).
En Estados
Unidos, en la primera mitad del siglo XX, se asentó un lenguaje eficiente para
realizar diversos tipos de narraciones gráficas y se consolidó una industria
que principalmente estaba dirigida a la gente joven y no tenía grandes
pretensiones. Aparte estaba la prensa diaria para adultos, la cual utilizaba dailies
y sundays como incentivos para vender más periódicos, pero cuyas
realizaciones eran consideradas como algo menor, puesto que las personas
“serias” se avergonzaban de confesar que también leían las funny papers (páginas divertidas). Se formaron
grandes profesionales gráficos al servicio de unas historias de consumo cuya
finalidad principal era la producción de beneficios económicos. Aún así se
produjeron unas pocas obras de calidad indiscutible, debido a las dotes
artísticas de sus autores, aunque eso no estuviera previsto en la
intención de los editores.
El resto del mundo importó pronto tanto la nueva forma de hacer, así como
muchas de sus obras, especialmente en Latinoamérica. En otros sitios, como en
Europa, quisieron vivir de espaldas a estos avances narrativos y hasta entrada
la década de los años 30, e incluso 50 en algunos países, no se dieron por
vencidos y no adaptaron de forma generalizada avances como la integración de
los bocadillos en los dibujos.
En las entradas siguientes veremos algunos ejemplos, que intentan reflejar la globalidad de lo ocurrido.
En las entradas siguientes veremos algunos ejemplos, que intentan reflejar la globalidad de lo ocurrido.
BIBLIOGRAFÍA:
- Coma, Javier. HISTORIA DE LOS CÓMICS (4 tomos). Toutain Editor,
Barcelona, 1982.
- Gaumer, Patrick y Moliterni, Claude. DICCIONARIO DEL CÓMIC,
ILUSTRADO, Larousse Planeta, S.A. Barcelona, 1996.
- Guiral, Antoni. DEL TEBEO AL MANGA. UNA HISTORIA DE LOS CÓMICS (10
tomos), Panini Comics, Barcelona, 2007-1013.
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