lunes, 15 de enero de 2018

5 cuestiones que no entiendo

Comienzo el año con un listado en el que declaro mi ignorancia. Voy a enumerar cinco aseveraciones que están periódicamente en boca de muchos e impregnan los medios de comunicación, pareciendo afirmaciones incuestionables, pero que a mí me producen sarpullidos, ya que me parecen profundas idioteces o cuando menos manipulaciones intencionadas de la verdad, que buscan satisfacer espurios intereses.

1.- Hay que incentivar la natalidad

El país envejece, los trabajadores no son suficientes para pagar las pensiones, hay que buscar medidas para aumentar la natalidad y rejuvenecer la población.

¿En serio?

Después de las históricas revoluciones industriales, sanitarias y alimenticias la población mundial ha aumentado tanto que ya la naturaleza no tiene el potencial suficiente para tragarse todas nuestras basuras, que flotan asfixiando los mares y envenenan las tierras. Hay hambrunas y aglomeraciones urbanas, no quedan tierras ignotas, los gases metano y los purines de las explotaciones de carnes que consumimos están acabando con el medio ambiente…

Por ejemplo, nuestra península en el siglo XV tenía unos ocho millones de habitantes. En esa época ya se podían quemar bosques, matar ciervos o tirar basuras al mar, que el medio ambiente era capaz de regenerarse. En el mundo actual una península Ibérica con poco más de 50 millones de habitantes puede considerarse incluso poco poblada, pero su antropización la tiene esquilmada. ¿Qué decimos entonces de lugares superpoblados?

Si en las sociedades avanzadas disminuye la natalidad, no tenemos que tomar medidas extraordinarias, tan solo repartir la riqueza para que todas las sociedades sean avanzadas. Siempre será mejor este remedio que el clásico. Me estoy refiriendo a las guerras, ya que este tipo de desastre conlleva un boom de natalidad posterior.

2.- Hay que fomentar el alquiler en lugar de la compra de viviendas

Estamos mal acostumbrados, dicen. Nos pensamos que el ideal es ser propietario de nuestra vivienda, cuando eso nos resta movilidad y nos ata a hipotecas que nos ahogan. Lo que debe hacerse es alquilar la vivienda donde desarrollaremos nuestra vida.

¿En serio?

¿Quieren transmitirnos que el dueño del lugar donde vivimos debe ser un especulador? ¿Qué no podemos poseer ni los cuatro ladrillos que nos cobijan, porque es un lujo que debemos dejar a los ricos? ¿Nacemos pobres y vivimos de prestado?

Con la salvedad de los jóvenes que aún no se han establecido definitivamente, hasta que terminen sus estudios o se casen, ¿por qué no podemos ser dueños del lugar donde vivimos? ¿Por la movilidad? O sea, nos dicen que seamos esclavos del capitalismo y estemos dispuestos a movernos allí donde nos necesite un especulador. ¿No es esto esclavitud?

Si acaso decidimos cambiar de residencia y estamos pagando una vivienda, no tenemos más que recuperar ese dinero vendiéndola para trasladarnos a otro lugar. El hecho de que las hipotecas sean inasumibles por economías precarias no es más que el efecto del cruel capitalismo desmedido, al cual un Estado justo debe poner límite.

3.- Hay que elevar la edad de jubilación

¿En serio?

El 20% de paro, por quedarme corto, ¿y deben seguir trabajando los viejos en lugar de los jóvenes?

Si el Estado no reparte el trabajo y las rentas, es una falta del Estado. Si trabajan los viejos en lugar de los jóvenes es falta de cordura. Al mundo robotizado al que vamos, que disminuirá paulatinamente los puestos de trabajo, no le queda más remedio que buscar una solución para distribuir las rentas y para que trabajen los jóvenes. No se necesitará mucha mano de obra, pero sí un estado justo, que impida guetos de ricos atrincherados para impedir que los pobres busquen la justicia de forma violenta.

4.- Hay que impedir que se despueble el mundo rural

Otra chorrada. Monumental.

Sé que con esta cuestión me la voy a cargar, pero me da igual.

Quieren transmitirnos que debemos ir a habitar lugares que tienen la sanidad a no menos de cien kilómetros, que no cuentan con Internet, donde hay pisar barro y nieve, ordeñar vacas improductivas porque deciden importar la leche de Francia. Nos envían a un lugar donde hemos de olvidarnos de lo que es el teatro o el cine, a gastar gasolina en transporte escolar, etc., etc., etc.

Yo sé dónde mandaría a vivir a quien me vuelva a recomendar esto. La civilización pisa mejor el adoquinado de una acera, que la boñiga de una vaca.

A mí me encanta el campo y la montaña, pero no para vivir en sus incomodidades, sino para disfrutarlo en vacaciones. Si el campo se despuebla, es terreno que gana la naturaleza para repoblarse, para que pueda vivir el lobo sin ganaderías, para que haya ríos limpios, para que existan lugares de reserva natural, donde una vez hubo una población. Población que era esclava de la dureza de vida medieval basada en la subsistencia agrícola o ganadera.

5.- El que crea empleo es el empresario

Esto ya sí que es el acabose. Y no se lo discutas a un neoliberal que te quema en la hoguera.

Voy a tratar de resumirlo. Vivimos en una economía capitalista que está regida por el mercado. En ese mercado hay una oferta y una demanda. El empresario surte la oferta y todos tiramos de la demanda. Pero el mercado tiene lo que tiene, que son los sueldos de los ciudadanos, los cuales no son flexibles, pues no pueden gastar más que lo que ganan. Ya sabemos lo que pasa si gastan más. Si un empresario espabilado fabrica, digamos por ejemplo, unas bicicletas más modernas, de más calidad y a un precio asequible, aquellos que se van a comprar una bicicleta comprarán una de estas, lo cual significa que dejarán de comprar otra que hubieran comprado de no existir la nueva oferta. O sea, que lo que fabrica uno lo deja de fabricar otro, a no ser que se lo coma con patatas. El nuevo empresario dice que ha creado empleo, pero se engaña, pues su competidor ha tenido que cerrar la fábrica y despedir a los suyos. El resultado no es la creación del empleo, sino el robo de los empleados. Y es posible, incluso, que con menores retribuciones, ya que necesitaba vender barato. Estas retribuciones menores reducirán la demanda, por narices, y habrá menos dinero en el mercado.

El único que crea empleo es el mercado, cuando los compradores aumentan su salario. Y esto solo lo puede hacer el Estado, nunca el robaempleados, que por otro nombre es conocido como empresario.

¡Hala! Ya he dado cinco motivos para colgarme.  Pero si alguien caritativo quiere sacarme del error, deberá convencerme razonando, no desacreditando.


1 comentario:

  1. Siento no poder desacreditarte ni llevarte la contraria. Mis pensamientos coinciden con los tuyos, casi en su totalidad. Eso sí, yo soy uno de esos locos” soñadores que viviría en el pueblo, si mi familia quisiera, pero ellos opinan de forma diferente.
    Un abrazo

    ResponderEliminar