jueves, 1 de enero de 2015

Recapitulando 2014

Soy escritor porque escribo. Me justificaba así en la primera entrada en este blog, sin saber entonces por qué tenía que justificarme, pero creo que ahora lo comprendo. No he sido un escritor vocacional que soñase durante toda su vida con serlo. Cuando mis actividades me lo permitieron, dediqué mi tiempo libre, hace ya diez años cuando sobrepasados los cuarenta, a escribir mi primera novela. Disfruté tanto con ella que, sin tener en cuenta el recorrido que pudiera llevar, vislumbré un camino a seguir que me llenaba y me entusiasmaba. ¿Cómo no lo había visto antes? Me planteé entonces una novela más ambiciosa, una novela histórica, y me impliqué en su trabajo durante cuatro largos años. El resultado superó mis expectativas y la satisfacción subsiguiente me hizo reafírmarme en mi intención de dedicar el mayor tiempo posible a  escribir. Aparte de estas dos novelas, había escrito algunos poemas sueltos, después un libro de poemas que fue un regalo personal, e incluso un ensayo. Entonces, y solo entonces, lo tuve claro. Era escritor. Este blog lo comencé en el mes de agosto de 2013, cuando ya estaba “en máquinas” mi segunda novela, y le di su título. ¿Promoción, ensayo de literatura…? No lo sé. Ignoro la intención real, de la misma forma que ignoraba si iba a ser capaz de darle continuidad periódica. Luego he comprobado que sacar cada entrada en el blog me resulta más fácil y gratificante de lo que llegué a imaginar, así que le preveo una larga vida… Pero, ¡quién sabe!

Al concluir el primer año, 2013, eché la vista atrás e hice una recapitulación. Eso es lo que me mueve a hacer lo mismo con el año 2014. No sé al lector, pero desde luego creo que a mí sí que me sirve, porque me ayuda a reflexionar sobre lo realizado, para trazar una vía a seguir. Nunca me preocupó, lo afirmo sin ambages, tener lectores, aunque confieso que deseo llegar al mayor número de posible, pero no es ese el motor que me mueve cada quince días a escribir. Este es el blog de un escritor, que escribe sobre lo que le interesa y de lo que sabe, aunque sea poco. Sí que me preocupa mucho la calidad, y me tomo con toda seriedad cada entrada, dedicándole todo el esfuerzo necesario, y dotándole de toda franqueza. Opino que un escritor debe desnudarse, o no ser. Las imposturas, las hipocresías y las mentiras alejan lectores. Tan sólo espero que mi desnudo intelectual sea más bello que el físico, en una persona como yo, que ya he sobrepasado el medio siglo de vida y nunca fui guapo.


Para preparar este artículo he repasado las entradas de 2014, descubriendo algunas cosas interesantes. De las veinticuatro entradas, seis han sido relatos: Habladurías, La rubia de la moto, Tríptico negro, Lenguas muertas, Neolítico y Lo que escondía la sacristía, que ha sido la última del año. Todas, menos la primera que era una adaptación de otro relato que ya tenía escrito, han sido realizadas ex profeso para este blog. Con ellas cubro mi parte de creación literaria y espero que hayan sido entretenidas para quienes las hayan leído. Tengo la secreta intención, no se lo digáis a nadie de, tal vez algún día, recopilar todos los relatos en un libro. ¡Quién sabe!

Sobre literatura o vida literaria, he realizado cuatro entradas. En El poder de las palabras divagaba sobre mi percepción de lo que es la literatura. Luego presenté un reportaje fotográfico sobre el I Encuentro de Novelistas en Ávila, que organicé con un par de amigos escritores, y del que me siento orgulloso, a pesar de los fallos. Este año ya estamos pensando en la segunda edición que, sin duda, ocupará su lugar en este blog. Con Soy el Rey del Mambo, me desahogué de ciertas críticas que me llegaron a los oídos por habernos presentado unos noveles como si fuéramos literatos de verdad. Y en Las piedras en el camino de un escritor novel realicé confesiones personales sobre las dificultades a las que me enfrenté al salir del armario como escritor. Y, repito, soy escritor porque escribo, lo demás es cosa vana.

Me he atrevido a sacar de cajón un par de poemas, que ya tenía escritos, a los que adorné con una explicación, nada nuevo, así me comparo a San Juan de la Cruz. Por ambición que no quede, pero para que no me caigan muchos palos haré obvio que la comparación está en que ambos explicamos los poemas, no en la calidad de ellos, claro. Esas entradas eran Semana Santa y 39 años.

Llevo desde hace tiempo una batalla sin cuartel y quijotesca por la defensa del idioma castellano, principalmente ante la preeminencia del inglés, que quieren imponer a capa y espada y sin reflexionar sobre el daño que se causa al tercer idioma del mundo por el número de hablantes y que no quedaría mucho más atrás por la calidad de su literatura. El año pasado ya tuve algún artículo al respecto, pero los de este año, y si alguien revisa alguna entrada le sugiero que no deje pasar estas, han sido Guerra de sexos, El señor alcalde y sus hijitas, sin olvidar Lenguas muertas, ya referenciada anteriormente como relato.

Cuatro entradas han sido directamente discursos políticos. No escondo mi ideología y, en ellos, trato temas que me han preocupado. Como los Brochazos gordos para pintar la crisis, que surgió de la ira de ser consciente de la estafa a la que nos abocaba el capitalismo, disfrazado de cordero liberal. La sinrazón de la razón manipulada, en la que me posicionaba como republicano, ante la abdicación del rey padre. Un paso al frente, que yo también daba para apoyar al autor del libro homónimo, represaliado por destapar en una novela la corrupción del ejército español. Otra corrupción más. Y la última, Visca Catalunya Lliure, un peligroso posicionamiento de un castellano por la libertad de elección de su forma política por parte de los pueblos. No creo en las ideas sagradas y los países son creaciones artificiales por parte de uno o diversos pueblos.

Un empeño personal ha sido tratar a la narración gráfica con toda la estimación que merece, iniciando una serie de artículos, que proceden de un ensayo que escribí intentando demostrar que nos encontramos ante un arte con mayúsculas y no ante un entretenimiento de niños. Sinceramente, me estoy planteando su continuidad, ya que han sido las entradas con menos visitas. Quizá este no sea su lugar. Pero no he tomado todavía una decisión. Estas entradas eran Narrativa Gráfica, Narrativa Gráfica I y Narrativa Gráfica II.

Finalizo con tres entradas que me quedan descolgadas, pero a las cuales considero interesantísimas. En Las chicas son guerreras, repaso el movimiento feminista y hablo del travestismo de una adolescente. Confieso mi intención de querer sacar a la luz un caso peculiar, que justifica algo que puede parecer irreal en mi novela “Lo demás es cosa vana” y de lo que no quiero hablar más, por si alguien piensa leerla. Pero los que la han leído me comprenderán. En Un eslabón más para la cadena, respondí a la petición de un amigo para sumarme al grito que ha surgido en Extremadura por la conservación de un pequeño edificio singular, la capilla de Talaván. Y con Números cósmicos, actualicé un escrito que tenía en el cajón desde hace una enormidad de años, en el que me planteaba los límites de nuestro Universo.

Hasta aquí 2014, se abren 365 ilusiones para 2015. Recuerden, sólo hay nacer y morir…

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