domingo, 15 de abril de 2018

Tres cantos a la desesperanza


Ritos

Nuestras vidas son los ríos
que van a dar en la mar
Jorge Manrique

Nuestras vidas son los ritos
que llegan a la indolencia,
que es el vivir;
así vamos unos y otros
derechos a cumplir
y consumir.
Nos programan nuestra vida
en etapas y festejos,
unas bodas, unos hijos
y poder llegar a viejos.
Pelear por un trabajo
que nos permita comer,
y pagar con lo que sobre
la hipoteca y el café;
para que cuando sea fiesta,
nos vayamos a beber.
Festejemos que vivimos
un poco mejor que ayer,
fingiendo que nos sentimos
felices de obedecer.

Vivimos

Vivimos, pues nacimos,
la gente nos rodea,
nos sigue y antecede,
custodia nuestros días
llenando atardeceres.
Tardes de cumpleaños,
mañanas de trabajos,
noches vertiginosas
y duros despertares.
Neones fluorescentes,
bombillas amarillas
y focos que se apagan;
velando nuestros sueños
nocturnas alimañas.
Pasamos nuestros días
en tertulias y charlas,
en fiestas y paseos,
en luchas y demandas.
Y un día acontecerá,
sin saberlo siquiera,
que no tendrá mañana,
o acaso anochecer,
pues todo aquel que nace
tiene que fallecer.

Muerte

Compañera de mis días
y de mis noches,
testigo de mis éxitos
y mis fracasos,
horizonte de mi paisaje,
meta no buscada.
Triste derrota.

Cuando llegue el aciago día
en que pueda contemplar tu rostro,
seré ciego a tus encantos,
mudo a tus preguntas,
indolente a tus designios,
y ya nada podrá evitar
mi entrega total a ti.

Hasta entonces déjame olvidarte,
mientras río y mientras lloro,
durante mis gozos y mis penas,
cuando busque sentido a la vida
y cuando la vida me dé sentido,
sin buscarlo.

Mujer de horrible nombre,
dama azul y fría,
esposa atada a mi piel,
sorpresa final, tan temida,
puerta a la nada,
ausencia de todo,
cumbre de la existencia,
desasosegante Muerte.

2 comentarios:

  1. me gustan, aunque sean inoportunos en esta deseada primavera. Creo más bien que son un conjuro. Escribir también es liberación; dejándolo escrito vas saldando la deuda de la preocupación y puedes vivir más despreocupado.

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    1. Muchas gracias. Me siento inseguro con la poesía y me da cierto rubor. Estos versos estaban envejecidos en un cajón y, revisándolos, los he sacado. Si un día me da una venada de locura podría sacar un poemario. Espero que se me pase, je,je.

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