Por azares de la amistad y de la vida literaria ha caído en
mis manos uno de los libros que más me ha sorprendido en mi vida de lector y
que lleva por título el de este artículo.
Este Largo viaje
es una novela políticamente incorrecta, lo cual hay que advertir de inicio ya
que hoy en día la gente que se expresa en público tiene que medir cada palabra
que dice, por si hay algún colectivo que pudiera sentirse ofendido. Así que
advierto, en este libro se maltratan animales, se glosa la ludopatía, hay
muertes escabrosas, asesinatos cruentos, drogas, alcoholismo, yonkis,
prostitución, gallegos, catalanes, abulenses, inmigrantes y otras gentes de mal
vivir. Pero una vez superados los prejuicios, nos encontraremos con una lectura
atractiva y adictiva.
Con mucha ironía, se retrata a un autor consagrado, un autor
muy pagado de sí mismo, Toni Tonelada, que va de recital en recital,
desplegando generosamente su arte, con la resignación del que se sabe en la
cumbre y está ante ignorantes. En el desarrollo de la novela, Toni, cansado de
su rutinaria vida de divo, decide
embrutecerse y, en este camino, pasaremos las páginas más hilarantes; acudirá a
estadios de fútbol, a hablar con gente de la calle, a discotecas, etc.,
acabando su embrutecimiento como asesino. Se echa una mochila a la espalda y
hace auto-stop, con la idea de matar
a todo conductor que lo recoja. Idea que lleva a cabo prolijamente, para horror
de los ojos lectores.
Presentación en el Café del Mercado, Ávila, el 20 de abril |
El ascenso de Enrique a Henry,
se realiza de forma peculiar. Analiza la obra de su escritor admirado hasta llegar
a una novela singular, La vuelta al mundo
en 80 tilas, en la que descubre que Toni utiliza el asesinato como parábola
existencial y ello le da una nueva forma de ver el crimen, “hace que te apetezca probarlo”. Así inicia su carrea como asesino
de autoestopistas, a los que recoge conduciendo su coche. Y de esta forma se
cruzará ineludiblemente con su ídolo, el Hank
autoestopista, asesino de conductores.
Ninguna foto hará justicia a la divertidísima presentación |
Cervantes en El
Quijote, introduce variado material literario que no tiene nada que ver con
el argumento general de la novela. Así pone muchos poemas intercalados y varias
novelas, ya sean leídas por los protagonistas, o interpretadas ante ellos.
Recordemos a El Curioso Impertinente,
a la pastora Marcela y Grisóstomo, a Luscinda y Cardenio o la historia del
cautivo. Ánzoni de la misma forma introduce poemas, los propios de Toni
Tonelada y varias novelas, relatos y películas: Sus poemas rudimentarios y su Trilogía
de Lorca, Paula (guión cinematográfico basado en un cuento de Toni Tonelada),
Re-cuerdas (obra teatral de Toni), la Novela Negra Chueca, Apocaelíptica (ciencia
ficción sobre el fin del mundo), su relato Never
and never nevera, o el cuento de la serie Fábulas Fabulosas Tirita la ratita rita, entre otros.
Ánzoni, enmascarando con un seudónimo su auténtico nombre |
La alusión a El
Principito, es mucho más literal. Al igual que el personaje de Antoine de
Saint-Exupery visita planetas, el personaje de Ánzoni visitará bares. El primer
planeta estaba habitado por un rey con un gran manto de armiño, que se
corresponde con el bar de la esquina que visitará Enrique, El Rey del Pulpo. En el segundo planeta del Principito hay un
vanidoso que necesita que continuamente le admiren; pues el segundo bar es la Cafetería
Vanity, donde una actriz cincuentona, muy admirada, frustró su carrera por no
saber llorar. Y así hasta que en el séptimo planeta el Principito visita la
Tierra y Enrique inicia un viaje alrededor de nuestro mundo, que no es otro que
la Tierra.
No puedo resistirme a señalar alguno de los abundantes
juegos de palabras que tanto me han hecho reír a mandíbula batiente. Desde el
llamativo título, El largo viaje del LSD
al ADSL, a las apuestas apestosas o cuando muere la madre de Enrique
dejándole la herencia: “Gracias a su desgracia, su entierro desenterró aquella
pequeña lluvia de fortuna”. Su anhelado lado escritor, los cuentos cruentos y
varios desvaríos, los albañiles desolados que solaban, la cefalea que me malea o su cuento Tirita la ratita Rita, la cual un buen día tuvo un mal día y que
acaba con la moraleja de “no vivas en La Moraleja”.
La última gran referencia literaria es Niebla de Unamuno, al cual le dijeron que lo que había escrito no
era una novela, ya que se apartaba de los cánones clásicos del género y que el
zanjó estando de acuerdo y diciendo que, efectivamente, no era una novela, que era
una nivola. En esta nivola publicada a comienzos del siglo XX el personaje protagonista busca a
su autor, Miguel de Unamuno, y habla con él de su propia vida inventada y le
consulta sobre su destino. Y no puedo contar nada más del argumento pero me atrevo a decir que El largo viaje será la gran nivola de comienzos del siglo XXI.
Termino aquí, emplazándoles a que localicen este libro y lo
devoren con fruición. ¡Ah, y no se pierdan la magnífica ilustración de su portada de José Torresano!
El libro logra estar a la altura de esta magnífica reseña.Increíble pero incierto.
ResponderEliminarNi yo mismo lo hubiera expresado mejor. Copio y pego. Muchísimas gracias.
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