Ya estamos aquí, al final de otro año y toca hacer balance de este
blog, para dar pie al que quiera a repasar las entradas en orden a las
etiquetas y para que yo mismo pueda valorar lo que ha dado de sí 2016.
Comencé el año con un relato, La conquista, y lo acabé hace un par de semanas con tres
en mi última entrada. No ha sido intencionado, pero es algo que me gusta, ya
que en después de todo este es el blog de un escritor. En marzo publiqué Reo de muerte, un alegato pacifista. En abril El Tontódromo, una mirada llena de añoranza y sentido del
humor al pasado reciente de mi ciudad. Este relato procede del libro publicado
en 2015 “El mundo según los abulenses” y está en la lista de los más leídos de
este blog. En junio fueron Tres microrrelatos y medio, que fueron sacados de mi cajón para
darlos a conocer, ya que estaban sin publicar. Quisiera algún día recopilarlos
todos, junto con otros inéditos y publicarlos en un libro; pero es un deseo, ya
veremos. En septiembre saqué otro de los relatos de “El mundo según los
abulenses”, esta vez fue El arte en las rotondas. Por último Tres micro relatos para estas fiestas, donde
exploré los sentimientos “de estas fechas”, intentando huir de la sensiblería,
que no sé si conseguí.
Tres reseñas de libros ha habido este año. La primera en abril, El mundo según los abulenses II, sobre el segundo libro colectivo de
la Asociación “La sombra del ciprés”. En agosto una reseña sobre dos novelas
que me gustaron mucho y que tienen muchos puntos en común a pesar de sus
evidentes diferencias: “Las montañas azules”, de Begoña Ruiz Hernández, y “Tres
tazas”, de María Eliezer Bordallo Huidobro. La entrada la titulé De las montañas azules a las tres tazas. Y este pasado mes de noviembre tuve el placer
de presentar la novela de mi amigo César Díez Serrano, Conspiración en Londres, que reseñé encantado.
Tan solo ha habido una entrada con lo que yo denomino “vida
literaria” y ha sido el reportaje gráfico de la II Gala de Premios Literarios “La Sombra del Ciprés”.
He “reflexionado” en tres ocasiones. Islamofobia es un artículo del que me siento
especialmente orgulloso. En La vida dentro de las redes sociales traté el
tema del cambio de relaciones sociales que las tales han provocado. Y en A vueltas con la hora hablé sobre lo mucho que me cabrea un
tema menor, como que los horarios oficiales del país no sean reales.
He sacado “mi poesía” este año en una ocasión, con el título de No aprendemos, donde glosé un poema pacifista que titulé
“Antes de que se agote mi voz”. Solo por esta entrada, para mí ya tiene sentido
que publique este blog.
De mi ensayo sobre la narrativa gráfica tengo cuatro capítulos más,
que recomiendo a los que estén interesados en el tema, advirtiendo que mis
ideas no son ortodoxas. El material con el que se fabrican los sueños, ¿Existieron tebeos en la Prehistoria?, Los primeros tebeos de la Historia I y Los primeros tebeos de la Historia II.
Sobre la defensa de nuestro idioma, en febrero publiqué Ojalá España quede la última en Eurovisión. Después
de dicho festival, en mayo, publiqué Y España quedó la veintidós de veintiséis para mi
gran satisfacción y en el mes de julio saqué Mi propuesta sobre la reforma de la ortografía.
He escrito sobre política dando mi visión de las cosas con una
entrada titulada Hacia dónde vamos.
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