miércoles, 27 de mayo de 2015

Los colores de la primavera

Me encanta la primavera. Sobre todo donde vivo, porque los colores son muy intensos. Con ese cielo azul, tiznado de nubes, que conecta perfectamente con el verde de la hierba y el dorado de las piedras.


Aquí el invierno es demasiado largo, predomina el color gris y todo está helado. Se hace eterno y sufro tanto el frío que no salgo de casa para nada, hibernando como una marmota.


Pero un día todo cambia. La buena temperatura me saca fuera, donde disfruto no solo de los colores vivos, sino del olor de las plantas, de la suavidad del aire, del calor en la piel desnuda…


De repente todo es vivificante y frondoso, la naturaleza ha explotado en mil tonalidades; disfruto caminando a paso lento y deslizándome suavemente por el verde suelo.


Las hierbas tienen aspecto gigantesco, fresquitas y dulces, me las comería todas, pero es imposible, claro. Mi pequeño tamaño lo hace imposible, no soy más que un caracol.


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