En ciertos ambientes se empeñan en que el castellano —me
refiero al idioma— está en peligro porque las autonomías bilingües tratan de
marginarlo, pero esto es una patraña.
Entiendo que en el extranjero al castellano lo llamen
español, pero es por ignorancia. Fuera desconocen nuestra historia y nuestra
realidad. Lo entiendo, digo, pero no lo defiendo. Deberíamos esforzarnos por
dar a conocer nuestra idiosincrasia y pedirles que lo llamen castellano. El
ejemplo más claro para defender esta tesis lo tenemos en el Reino Unido, donde
nació el idioma que allí se habla y este idioma es el inglés y no el reinounidense.
Inglaterra no es más que una parte del país, como Castilla lo es de España.
Decir que las autonomías bilingües marginan el castellano es
un gran despropósito, pues lo hablan correctamente todos sus habitantes, todos;
mientras que en Castilla se desconocen y menosprecian las otras lenguas
españolas. Además, el castellano es un idioma que, por vicisitudes históricas, es
compartido por 500 millones de personas en todo el mundo. Los marginados, pues,
son los idiomas minoritarios españoles, que son los que verdaderamente corren
riesgo de desaparecer si no se mantienen unas políticas de protección y
expansión.
En este sentido, no entiendo que quienes van a vivir a
Barcelona, por ejemplo, por motivos laborales u otros cualesquiera, se nieguen
a aprender el idioma y a que sus hijos hagan una inmersión en catalán en los
centros educativos. ¿Qué problema hay? Tampoco entiendo que se opongan a que a
las plataformas de televisión se las obligue a traducir series y películas a
los idiomas minoritarios, ¿por qué? ¿Es odio o desprecio a unos compatriotas?
Si el castellano se ve amenazado de alguna manera, y lo
cierto es que lo está, es a causa del inglés y de la pretensión de que todo el
globo nos entendamos en el idioma de Shakespeare. Las influencias de este nos
están colando anglicismos por un tubo, sustituyendo palabras que ya tenemos y
expresiones que desvirtúan nuestra gramática. Si hay un enemigo dañino para el
castellano es el inglés, no el catalán, el gallego o el euskera. Como no
entendamos esto, lo tenemos claro.
Por dar solo una pincelada ilustrativa: hoy en día todo
grupo musical que surge en España, no es nada si no ofrece sus composiciones en
inglés. Y esto antes no era así. Uno, que ya tiene unas décadas de vida a sus
espaldas, ha sido testigo de cómo en los años sesenta, setenta y ochenta del
siglo pasado prácticamente toda la música de moda se cantaba en castellano. E
incluso emergieron los cantautores que reivindicaban las lenguas de las
autonomías. Pero, si hoy en día, en una televisión de emisión nacional, alguien
canta en catalán, estoy seguro de que en muchos hogares mesetarios la carcunda
vociferará improperios. Ojo, que si es en inglés no lo hará. Se ha llegado a la
aberración de llevar a Eurovisión, por ejemplo, canciones con estribillos en
inglés, e incluso totalmente cantadas en inglés, antes que participar con una
bonita balada en euskera, un «lalalá» en catalán o un rocanrol en gallego.
¿Qué nos pasa? Así no hacemos país, deshacemos el país. Si no asumimos la belleza de las lenguas de nuestros compatriotas, si no las amamos, si no las ponemos en valor y las defendemos, somos insolidarios y estamos arruinando la convivencia. Acabaremos con España, salvo que lo sujete otra ominosa dictadura criminal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario